China logra un hito al recolectar muestras del lado oculto de la Luna utilizando la misión Chang’e-6
La sonda china Chang’e-6 ha regresado a la Tierra con un valioso tesoro científico: 2 kilogramos de rocas y suelo lunar recogidos en la cara oculta de la Luna por primera vez en la historia. La cápsula de retorno aterrizó en la región autónoma de Mongolia Interior a las 8:00 hora local, marcando un hito sin precedentes en la exploración espacial.
Este logro histórico cierra una misión desafiante que comenzó el 1 de junio, cuando Chang’e-6 llegó a la cuenca Aitken del polo sur lunar, una región llena de cráteres profundos y oscuros que complican las comunicaciones y maniobras espaciales. A pesar de las dificultades, la sonda china logró recolectar las importantes muestras con éxito, utilizando una pala y un taladro.
Las muestras lunares obtenidas proporcionarán información valiosa sobre la formación de la Luna y el sistema solar. Los científicos esperan que estas muestras, que cuentan con un registro de 4.500 millones de años de historia lunar, permitan comparaciones sin igual entre el hemisferio oscuro y el visible desde la Tierra.
Con este logro, China se posiciona como líder en la exploración lunar. Hace solo cuatro años, el país logró traer 2 kilogramos de rocas de la cara visible de la Luna, situándose junto a Estados Unidos y la Unión Soviética como los únicos en alcanzar este hito. Sin embargo, las ambiciones chinas no se detienen ahí.
En 2026, China lanzará Chang’e-7 para estudiar los recursos del polo sur lunar, donde se cree que hay grandes reservas de hielo de agua. Dos años más tarde, Chang’e-8 probará tecnologías para utilizar estos recursos in situ, construyendo una estructura a partir de regolito y rocas lunares. Para 2030, China planea enviar a su primer taikonauta a la cara oculta de la Luna y, en colaboración con Rusia, establecer una estación de investigación permanente.
El regreso de Chang’e-6 marca un nuevo hito en la carrera espacial, impulsada por la ambición china de desentrañar los misterios del cosmos y establecer una presencia humana permanente en la Luna. Sin duda, las muestras lunares obtenidas en esta misión abrirán nuevas puertas al conocimiento y allanarán el camino para exploraciones espaciales futuras aún más osadas.